sábado, 29 de septiembre de 2012

¡Así soy, y qué!

Loco aquel que no piensa como los demás, y aun peor, demente aquel que trate de exponer ese tipo de pensamientos. En los años 70s en un México oprimido de pensamiento y moral por muchos factores, se desencadenó un movimiento social en torno a la música rock de aquellos tiempos, así de fugas como se dio se apagó.
Los jóvenes de esa década vivían con temor al gobierno por la entonces reciente historia de México y evitaron las manifestaciones en contra de la prohibición de los conciertos de rock y la programación de este género en la radio, pero la identificación con este estilo musical no desapareció.
Diez años después de haberse mandado a las cloacas a todos los rocanroleros, pero ahora teniendo el legado de bandas como “La revolución de Emiliano Zapata”,  “Three Souls in my Mind” o “Love army”, se dio nuevamente un movimiento musical llamado -Rock en tu idioma-.
¿Qué es lo que tiene este estilo de música que atrajo tanto a los jóvenes y sigue haciéndolo todavía? Se dice que juventud es sinónimo de rebeldía, pero quienes han vivido intensamente esos años de belleza y energía saben la verdad.
Los ideales por la búsqueda de una vida diferente, de cambiar a la sociedad, de despertar a los entumecidos conformistas, de derrocar al gobierno corrupto y de vivir intensa y felizmente en la tierra natal, no es rebeldía, es una aspiración insaciable por un cambio, se apuesta por algo mejor, ese es el espíritu de la juventud rockera.  
El rock contiene en su música ritmos no del todo bailables pero sí que incitan a mover el cuerpo e invitan a levantar el puño para pedir “más”. Conjuntado esto con las líricas emocionales, fúricas y pasionales, incluso a veces hedonistas,  la juventud se identifica con la fuerza e inconformidad que representan.
Poco a poco se fueron abriendo las oportunidades en los medios para transmitir y apoyar este tipo de música, que ya no era sólo eso, se volvió todo un estilo de vida, con el que no todos se identifican, como diría Alex Lora, “Yo soy un chavo de onda y me pasa el rock ‘n roll, pobre de los viejos, ellos no lo pueden entender”.
Aquellas bandas que son ya íconos de este género musical, personifican la libertad de quehaceres y expresión. Gritan a todo pulmón frente miles de personas palabras altisonantes dirigidas a quien se las “merezca” o se tatúan sin preocupación de ser encasillados como delincuentes. Muchas actividades similares a éstas, son deseadas por ciudadanos comunes y corrientes y al no verse o sentirse libres para realizarlas siguen las carreras y trabajos de quienes si lo hacen, porque se identifican con ellos.
Esto no significa que los rockeros sean una aspiración de lo que se quiera ser, ni que todos deseen vestir pantalones de cuero, chalecos de mezclilla, usar tatuajes o llevar cabello largo y barbas crecidas, pero sí se han de identificar con esa actitud de así soy ¿y qué? , precisamente lo que simbolizan todos estos accesorios visibles.
El ideal de hacer y decir lo que se quiera sin ataduras o consecuencias, como lo hacen los rockeros, es precisamente con lo que se identifican los jóvenes, de edad o mentalidad, que siguen este género musical. Pero habrá que dejar en claro, antes de concluir este escrito que, una actitud sin ataduras no es precisamente sinónimo de egoísmo. Identificarse con la vida rock es un sentimiento social y como se menciona en un inicio, una esperanza de ser más, pero ser más en conjunto.   


http://disonancialeon.wordpress.com/2012/09/07/asi-soy-y-que/


   



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