martes, 26 de junio de 2012

La "Pasión" de Tania Pérez-Salas


Es complejo describir un sentir tan intenso y penetrante como la pasión. Se conjuga de las emociones más impetuosas que se contienen y retienen en el ser, de un querer dejarse llevar por la fogosidad que proviene desde lo más profundo del alma y de un entusiasmo por disfrutar tan hedonistamente el momento que se vive. Por eso, no encuentro un mejor nombramiento para el espectáculo que Tania Pérez-Salas presentó este pasado sábado 23 de junio en el Teatro del Bicentenario.  

Imposibilitada a documentar el suceso con alguna herramienta de digitalización, quedo atada a narrarles mi asombrosa experiencia durante estos 118 minutos de danza y “Pasión”.

15 bailarines (incluyendo a Tania Pérez-Salas) que desde el escenario impregnaron a la audiencia de arrebatos emocionales a través de movimiento corporales ensayados, estructurados y encaminados hacia transportar las mentes, tanto del artista como del espectador, hacia un frenesí  emocional conectándonos con la expresión dancística.

“Las horas” el primero de los actos donde se encuentra en sintonía la naturaleza humana con su alrededor, mezclando bellamente la oscuridad con unos cuantos destellos de luz precisos para completar el momento de introspección denotando la posibilidad de vivir en conjunto con la tranquilidad.

Por segundo número se presentó “Ex - Stasis” una ardiente coreografía llamando a la sensualidad y coquetería,  resultando ser una explicación de cuándo y cómo el cuerpo se deja llevar por el goce y disfrute sin ataduras ni remordimientos de lo que pueda pasar mañana. Por que el cuerpo es lo que importa en esos instantes y a la conciencia no le queda más que ceder.

Para finalizar, “Las aguas del olvido”. El agua, uno de los elementos esenciales para la vida, significado de pureza y posibilidad de limpieza. La piel de los artistas se humedecía al estar contacto con ella en la alberca que se postraba en medio del escenario invitándolos a ser uno mismo. El reflejo y el sonido de este elemento alrededor del recinto creaban una atmósfera de paz, contemplación y embelesamiento.     

En términos más técnicos: “Pasión” de Tania Pérez-Salas, una extraordinaria y maravillosa obra, en la cual se entrecruzan ingeniosas escenografías que dan vida y sentido a cada uno de los pasos sin tomar el protagonismo, vestuarios pertinentes que dicen incluso más de que dejan ver, bailarines de calidad impecable y talento envidiable, además de una coreógrafa y directora mexicana merecedora de orgullo y reconocimiento mundial.     

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