lunes, 16 de julio de 2012

Quiero respirar un aire nuevo.



Un aire desconocido roza  la piel que no alcanza a cubrirse con esos retazos de tela que llaman ropa. El viento que llega al cuerpo de ese ser femenino es cálido y húmedo, fácilmente disfrutable, es por eso que permanece estática pero atenta. Abraza sus propios brazos al tiempo que suspira, y por más hipnotizador que es el paisaje, decide cerrar los ojos para que sus oídos se magnifiquen los sonidos que provienen de la naturaleza, principalmente del agua.
El sol baja, el ambiente oscurece y cielo va tomando distintos colores, sonríe para sí misma en ese momento. Es hora de soltar los brazos y estirar el cuerpo, llena sus pulmones y lentamente da media vuelta dándole la espalda al hermoso atardecer, en ese mismo momento escucha su nombre en un grito al cual responde dando pasos hacia donde provenía el llamado.
Caminando hacia el campamento donde amaneció, ayuda a sus acompañantes a guardar todo dentro de un coche en el cual se transportarán a otro lugar, en busca de un nuevo aire, un aire desconocido que llene sus pulmones y su ser esperanzado por más experiencias que no borren el pesado pero que alimenten sus expectativas por el futuro.       

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